miércoles, septiembre 27, 2006

Franco como militar

Mi amigo Inasequible Aldesaliento ataca de nuevo. Y nunca mejor dicho. Hoy os ofrece la recensión de un libro muy interesante, aderezada con sus propios conocimientos.

Y yo no voy a apostillarlo. Primero, porque comparto lo que dice de la cruz a la raya. Y, segundo, porque, en consecuencia, todo lo que podría hacer es abundar en la tesis del texto que viene de seguido, que no es otra que cierta incompetencia militar por parte del general Franco.

Esto es, precisamente, lo que haré. A mayor abundamiento de lo que aquí se dice, me comprometo a escribir dos entradas para este blog, quizá las que sigan a ésta, con la intención de demostraros a los que leáis esto que no es oro todo lo que reluce y que, en realidad, el golpe de Estado franquista fue un poco chapucillas, militarmente hablando. Para ello, tomaré dos ejemplos, uno que le salió bien y otro que le salió mal a los sublevados. A saber: Sevilla y Barcelona.

Una vez que me he complicado la vida con nuevos compromisos, vamos al torrao.



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Franco como militar

© Inasequible Aldesaliento™


El historiador y coronel de Caballería Carlos Blasco Escolá ha escrito un libro al que provocadoramente ha titulado “La incompetencia militar de Franco”. Sólo con el título ya se advierte que los sentimientos del Coronel por el General no son excesivamente afectuosos. Cuando se lee la caracterización que Blasco Escolá hace de Franco, esa impresión se confirma.

Para Blasco Escolá, Franco fue un militar mediocre, poco leído, cuyos conocimientos militares procedían casi exclusivamente de la Guerra de Marruecos, una guerra colonial e irregular, donde el genio militar no estuvo demasiado presente y donde, desde luego, no se podían aprender las lecciones que sobre el arte de la guerra se impartieron en los campos de batalla europeos entre 1914 y 1918. Los únicos aspectos e los que Franco descolló fueron el arribismo, la capacidad para las relaciones públicas y el autobombo y el no perder nunca de vista dónde se hallaba su interés personal, lo que unido a una cierta zorrería hacía que siempre supiera colocarse con presteza bajo el sol que más calienta. Blanco Escolá piensa que Franco reunía todos los rasgos necesarios como para entrar con honores en la obra Sobre la psicología de la incompetencia militar, del historiador militar Norman F. Dixon. Para que no queden dudas sobre su opinión acerca del personaje, Blasco Escola termina apostillando que Franco sin duda era un psicópata.

Ser psicópata ciertamente ayuda para ser dictador, pero la mediocridad y el arribismo no suelen bastar para mantener a nadie en el poder durante cuarenta años. Alguna otra virtud oculta tendría…

Mientras que la caracterización de Franco en la primera parte del libro pueda ser discutible en algunos aspectos, cuando Blasco Escolá pasa a analizar cómo Franco condujo la estrategia nacional en la Guerra Civil, sus descripciones están bien documentadas y son irrefutables. Al final del libro, no nos queda más que exclamar, como hizo Mussolini en su día, refiriéndose a Franco: Ese hombre, o no sabe hacer la guerra o no quiere.

Efectivamente, durante toda la guerra, los nacionales tuvieron ventajas muy importantes sobre los republicanos: la República tuvo que improvisar un Ejército, dado que el Ejército en la zona republicana prácticamente se colapsó tras el 18 de julio, mientras que los cuadros de oficiales y la organización se mantuvieron casi intactos en la zona nacional; la ayuda internacional a los nacionales fue muy superior a la que recibieron los republicanos; gracias a esa ayuda internacional, desde mediados de 1937 los cielos estuvieron permanentemente controlados por la aviación nacional; finalmente, los nacionales ofrecían un frente unido (en buena medida ello fue un logro de Franco), mientras que los generales republicanos casi tenían que pasar más tiempo controlando las disputas políticas de su retaguardia, que vigilando al enemigo. A pesar de todas esas ventajas, durante toda la guerra Franco se dejó sorprender una y otra vez por su rival, el General Vicente Rojo, hasta el punto de conseguir algo inaudito en la Historia militar: que fuese el bando más débil el que llevase la iniciativa y le marcase los ritmos al más fuerte. Así ocurrió en Brunete, cuando Rojo logró que Franco tuviera que interrumpir durante mes y medio la campaña del Norte. Y volvió a ocurrir a finales de 1937, cuando con un ataque periférico sobre Teruel (aunque Teruel también exista, no se la puede considerar como un objetivo estratégico de gran calado), consiguió que Franco suspendiera la gran ofensiva que tenía previsto lanzar sobre Madrid. La última de esas grandes sorpresas fue la del Ebro.

Lo primero que resulta sorprendente es que el cruce del Ebro por los republicanos fuese una sorpresa para Franco. El Coronel Campos, que mandaba la 50 División, situada justo en la zona por la que cruzarían los republicanos, llevaba un mes avisando de que algo se preparaba en la orilla enemiga y de que carecía de los medios necesarios para defenderse ante un ataque de envergadura. Sus avisos no fueron atendidos y la ofensiva republicana sorprendió de tal manera a los nacionales que en el primer día de la batalla los republicanos habían logrado conquistar prácticamente todas las cotas elevadas de la zona sur del río.

Pasada la sorpresa inicial y una vez que se hubo logrado frenar la ofensiva, la lógica militar hubiera impuesto la estrategia de fijar al Ejército republicano en sus posiciones de este lado del Ebro y lanzar una ofensiva sobre más débil línea del Segre. Esa estrategia hubiera puesto en peligro la retaguardia de los que habían cruzado el Ebro y les habría colocado en la difícil tesitura de tener que volver a cruzar el río a toda velocidad ante el riesgo de que se desmoronase su retaguardia.

Franco optó por la estrategia menos imaginativa posible: bombardeos artilleros y de la aviación y sangrientos ataques frontales para ir recuperando el terreno paso a paso. Esta estrategia de tenientillo sin imaginación hizo que tardase cuatro meses en recuperar el terreno perdido en diez días y a un coste absurdamente elevado para los nacionales. A posteriori Franco justificaría esta batalla diciendo que tenía que aprovechar que tenía embolsada a la flor y nata del Ejército republicano para destrozarla. Pues puede, pero en el camino casi destroza su propio Ejército.

El libro concluye irónicamente con el decreto por el que 19 de mayo de 1939 se concedió a Franco la Gran Laureada de San Fernando. Leer ese decreto ditirámbico, después del relato apasionado pero histórico de las pifias estratégicas del General, es como un anticlímax y nos recuerda las palabras atribuidas a Napoleón: En la batalla, la victoria favorece a aquéllos de cuya parte está Dios y Dios suele estar de parte del que tiene más cañones. Pues eso.

12 comentarios:

  1. Anónimo10:33 p.m.

    Muy bueno. La cita de Napoleón es genial.

    Salud!

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  2. Anónimo8:57 a.m.

    Hola:

    Una curiosidad.
    Si tan mal militar era por qué le ascendio a General La Republica?
    Siendo además el general mas joven de la historia despues de Napoleon?

    Yo entiendo que si se hubiera ascendido él mismo o alguno de su "cuerda" (Mola, Queipo etc,) pues habria sus dudas; pero es que resulta que fueron sus "enemigos" quienes lo hicieron.

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    1. Anónimo9:58 p.m.

      Franco fue descendido de general de división a general de brigada por Azaña, dado que su ascenso había sido irregular, y vuelto a ascender por Gil Robles, que aspiraba a usarlo en el futuro para que le limpiara la casa (España) cosa que hizo, pero la criada (Franco) se quedó de okupa y quienes pretendían utilizarlo, monárquicos, carlistas, falangistas... se jo·*.

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  3. Anónimo6:40 p.m.

    Saludos Anónimo.
    Unas pocas precisiones:
    _ A Franco lo ascendió al generalato Primo de Rivera en 1926 y, de hecho, pudo haber perdido tal graduación con la República y las reformas de Azaña.
    Ciertamente durante el Bienio Negro llegó a divisionario, pero en una típica maniobra política de llevar la contraria al gobierno anterior.
    _ El general más joven de Europa desde Napoleón es un error histórico que no se quien pronunció. Durante el siglo XIX hubo generales que alcanzaron antes de los 33 años esa categoría militar. Caso de Diego de León en España.
    Atentamente.

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    1. Anónimo10:01 p.m.

      Completamente de acuerdo y otra cosa más: las alabanzas a la gestión de Franco en la Academia de Zaragoza las hizo nada menos que ¡¡el general Maginot!! Un carcamal cuya inexpugnable línea defensiva, basada en sus trasnochadísimas ideas, se merendaron los alemanes unos años después. sin despeinarse.

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    2. Anónimo2:40 p.m.

      André Maginot no era general: era político y, de formación, abogado. Tampoco era un carcamal: cuando la célebre "Línea" tenía poco más de 50 años. La Línea Maginot correspondia a los presupuestos estratégicos de 1922-1929, cuando era inimagnable la perspectiva de que existiera algo parecido a "divisiones panzer". Los alemanes no la perforaron: sencillamente, atacaron por otro lado. Veo que en esta página hay mucho "especialista".

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  4. Anónimo6:13 p.m.

    No entiendo cómo un estúpido participa en una guerra, desempeña un papel tan importante, es elegido "generalísimo" por varios generales y luego gobierna un país como España hasta su muerte. Será que somos un país de estupidísimos y que él lo era menos que los demás.
    Yo no me creo esas monsergas: el movimiento se demuestra andando. Hitler, que seguro que también era un "incompetente", quería que Franco se uniera a él para "cargar con un lastre", ¿no? Anda ya...
    Por cierto: los marroquíes, que lucharon frente a Franco (entre otros) y perdieron, esperaron a invadir el Sáhara cuando Franco estaba en las últimas... porque era "tonto" (independientemente de que supieran que era un momento delicado para que el ejército español fuera a África y dejase la península).

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  5. Anónimo4:20 p.m.

    Los caminos de "ESE" Señor son muy inexcrutables
    La I guerra mundial fue un buen sitiopara aprender pero ¿para la guerra de España? España se parecia mas a MArruecos que a la Francia o a la Alemania de 1914
    Posiblemente la carrera militar de Franco fue en parte un montaje porpagandistico de la Monarquia (al Monarca le hacia gracia el bajito, me remito a las campañas de prensa )
    Pero de ahi a decir que era bobo ...mejor lo dejamos estar.
    Aqui en España cuano alguien no nos gusta nos vamos por los insultos
    algo parecido a las tesis nacionalistas de Vasquistas y Catalanistas "como no les gusta su pasado "patriotico "declaran que sus antepasados eran pobres estupidos que se dejaban pegar por los Castellanos que a su vez eran, brutos pero estupidos ¿? es decir para lograr una explicacion que les guste... se cagan en todos sus antepasados
    ¿No suena a falso este esquema tan simple y tan extendido?
    Porque si Franco era un estupido y un incompetente... ¿En que lugar quedan todos los demas?
    Mao decia que no sepodia dejar la guerra en manso de militares porque estos tenian "un punto de vista EXCLUSIVAMENTE militar" Con Franco ¿No podia ocurrir algo similar? y por eso algunas de sus actuaciones no se entienden desde un punto de vista esclusivamente militar ¿?
    Saludos

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  6. Anónimo10:41 a.m.

    Seguramente, Blaco Escolá, en el lugar de Franco, hubiera gandado la guerra en 3 días.
    Hombre, que a toro pasado, todo es muy fácil.

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  7. Anónimo12:37 p.m.

    He leído el libro y creo que en su "análisis" el señor Blanco olvida que, como se apunta dos mensajes atrás al citar a Mao, Franco no sólo actuó como militar sino como político; un político con la ambición no sólo de gobernar sino de modificar el país, y que para ello necesitaba una guerra larga que le permitiese por un lado forjar su propio mito en el que sustentar su poder entre los suyos, y por otro una paz "cartaginesa" que dejase al bando contrario reducido a la nada.

    Posiblemente Mola, Queipo o (sobre todo) Yagüe hubieran ganado la guerra mucho antes, a pesar de que la superioridad material no fuese en absoluto un asunto tan claro como presenta Carlos Blanco. Pero yo creo que Franco hizo EXACTAMENTE el tipo de guerra que guiso hacer; que la iniciativa la llevó él al dejar la iniciativa a los republicanos, y que de hecho fueron los republicanos los que le bailaron el mambo todo el tiempo.

    Ah, por cieto, en el campo del pensamiento estratégico bien poco hubo que aprender de la guerra de 1914-18, que se distinguió por su estatismo, su renuncia al arte de la maniobra, y su limitación a la acumulación de reservas y su consiguiente derroche en asaltos frontales tras masivos bombardeos artilleros. Precisamente en el Ebro fue donde Franco luchó una guerra de ese tipo.

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  8. Anónimo9:54 p.m.

    Blanco Escolá escribe sobre la incompetencia militar de Franco. En otro libro quizá escriba de la incompetencia militar de los republicanos o la siembra de los melocotoneros, pero este libro va de lo que va.

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  9. Apesar de la confusión inicial, si no es por la ayuda inmediata nazi-fascista a los golpistas, la republica se los come con patatas en tres semanas.

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